Una transcripción efectiva es el resultado de varios factores, como la habilidad en el área de escritura y la capacidad de concentrarse en la palabra hablada. En este capítulo abordaremos cada elemento que pueda influir en la eficacia de tu trabajo y la velocidad del proceso de transcripción.
Uno de los elementos clave de la transcripción rápida es el uso hábil de los atajos de teclado. Vale la pena conocerlos y aprovecharlos, ya que detenerse a usar el ratón es un mal hábito que distrae y interrumpe el ritmo de trabajo.
Atajos de teclado con los que debes familiarizarte:
Esta es sin duda la habilidad más importante en la transcripción. Dedica tiempo a usar programas para el aprendizaje de la escritura a ciegas. Estas herramientas fueron creadas para introducirte en el mundo de la escritura sin mirar el teclado, aumentando gradualmente el nivel de dificultad a medida que progresas en el aprendizaje.
Puedes utilizar sitios web gratuitos, como:
El principio de «la práctica hace al maestro» es fundamental aquí, por lo que vale la pena dedicar un poco de tiempo todos los días a ejercicios sistemáticos. Y recuerda, ¡no será tiempo perdido, sino una inversión bien hecha!
Cuando te des cuenta de que puedes escribir sin mirar el teclado, hazlo con la mayor frecuencia posible, de esta manera estarás perfeccionando tus habilidades y con el tiempo se volverá natural para ti.
Si quieres acelerar tu trabajo, puedes reemplazar palabras largas y frecuentes con tus propias abreviaturas, por ejemplo, «porque» como «pq» o «decir» como «dc». Esto mejorará significativamente el proceso de transcripción, y al editar el texto podrás cambiar fácilmente estas abreviaturas utilizando la función «Buscar y reemplazar».
Para aplicarlo, ve a la pestaña «Herramientas principales» en MS Word y selecciona la opción «Editar» o utiliza el atajo de teclado Ctrl + H. Luego, en el campo «Buscar» ingresa el atajo utilizado y en el campo «Reemplazar» ingresa la palabra que debería aparecer allí.
Además de los aspectos técnicos, debes cuidar la herramienta más importante: tu cerebro. Sin concentración, no podrás realizar la transcripción, incluso si tienes el equipo más moderno y programas costosos a tu disposición.
La transcripción es un trabajo intelectual, por lo tanto, es importante ver objetivamente nuestro cerebro como un «procesador» que necesita alimentación, descanso y un entorno adecuado para funcionar de manera efectiva.
Para poder concentrarte en tus tareas y desempeñar bien tu trabajo, comienza por la higiene mental – es decir, elimina todas las fuentes de distracción.
Antes de comenzar la transcripción, silencia tu teléfono, apaga las redes sociales y páginas web innecesarias. También evita el ruido y otros estímulos que puedan distraerte.
Si trabajas desde casa, pide a los miembros de tu hogar que no te interrumpan. Eliminar las distracciones te ayudará a aumentar tu productividad, reducir el tiempo necesario para la transcripción y mejorar la calidad de tu trabajo.
La transcripción es un trabajo que a veces puede resultar monótono o estresante. Por lo tanto, para mantener la motivación en un nivel adecuado, es recomendable introducir pequeños rituales que te ayuden a entrar en modo creativo.
Puede ser tomar un té aromático, colocar flores en el escritorio, poner tu música favorita en el fondo o meditar. Es importante encontrar algo que te haga sentir bien y cree un ambiente positivo a tu alrededor mientras trabajas.
Un cerebro sobrecargado o cansado es el mayor obstáculo para el trabajo mental. Para evitarlo, planifica descansos durante la realización de tus tareas, ajustando su duración y frecuencia a tus propias necesidades.
Para lograr esto, puedes utilizar por ejemplo la técnica Pomodoro, que consiste en tomar un descanso de 5 minutos cada 25 minutos de trabajo. Después de cuatro ciclos, es recomendable tomar un descanso más largo, de entre 15 y 30 minutos. Por otro lado, el Dr. Travis Bradberry, autor del libro «Inteligencia Emocional 2.0», sugiere una proporción de 52 minutos de trabajo / 17 minutos de descanso como óptima para un funcionamiento eficiente en el trabajo.
Sin embargo, no todos se encuentran cómodos con el esquema impuesto, por lo tanto, la clave sigue siendo la observación de nuestro propio cuerpo y determinar nuestro umbral de resistencia.